Decían los geniales Les Luthiers que Johann Sebastian Mastropiero tras titular cierto famoso madrigal como La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa consideró que la longitud no era la apropiada para un título así que le dio en nuevo título de La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa, la mojó en el arroyuelo y cantando la lavó, la frotó sobre una piedra, la colgó de un abedul.
Al abrir este blog me he encontrado en un dilema similar salvo por el detalle de que no soy tan decidido como Mastropiero y tras mucho cavilar, pensando que, después de todo, un nombre no importa tanto, he optado por una sugerencia de mi buena amiga Nerea (cuya paciencia deja a la de Job a la altura del betún)... que después de todo me recuerda aquel genial soneto de Quevedo.
Esta tímida entrada, escrita al ritmo de los geniales compases de Horizontes de grandeza de Jerome Moross, tras una conexión de 56 k, con un navegador que renquea al renderizar texto en un campo de entrada, es solamente un comienzo de una serie de divagaciones que iré plasmando por aquí ocasionalmente acerca de mis intereses y aficiones.
miércoles, 29 de agosto de 2007
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1 comentario:
Bueno despues de darle vueltas y vueltas, ha quedado bonito el blog. :P
Espero leer mas divagaciones, esas locuras tuyas. besitos
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